Se había preparado un banquete para la despedida del valenciano Enrique Ponce, con un cartel de lujo, una ganadería comercial de Daniel Ruíz, apetecida por las figuras, con un casi lleno en los tendidos, y un clima con un ambientazo, que prometía bocados grandes y exquisitos, pero una vez roto el paseíllo y los homenajes de etiqueta musical al maestro de Chivas, que hacía su 63° comparecencia en el coso Bilbaíno, a manteles con insondable profundidad en el alma y ése concepto de belleza que tiene éste ritual, fué saltando uno a uno los pupilos del hierro ganadero, con buenos principios pero sin las fuerzas y combustible para mantener viva la llama de la emoción taurina, veamos: ENRIQUE PONCE.- (Rosa pálido y oro) con “Revoltoso” y “Visitante” tuvo ésos instantes furtivos de elegancia y calidad estética, qué ilusionaron en un comienzo pero dada la falta de fuerzas de sus oponentes, que se fueron derrumbando, dejaron una terrible decepción, porque sin transmisión para que genere en el público los estallidos de alegría y sobresaltos de dramatismo, vienen los tristes y sentidos estados de frustración, cómo ocurrió con su lote y al final para consuelo de la concurrencia, vinieron momentos sublimes, sentimentales y de agradecimiento, cuando el maestro dió la vuelta de despedida dónde muchos, los más antiguos aficionados, derramaron lágrimas al saber que un gran e icónico torero de época, ya no estará más vestido de luces. ANDRÉS ROCA REY.- (Gris tiburón y azabache) tuvo al frente al único ejemplar del encierro “Madrileño” que sin ser excelente si destacó dentro del flojo encierro de la tarde, el Limeño a base de poder, mando, técnica y conexión fascinante con los tendidos, le instrumentó una faena por ambos pitones, hubo unas tandas por la derecha con ése trazo largo y exorbitantes remates con los pases de pecho, que logró el único acompañamiento musical de la tarde,( pasodoble Manolete) y la ovación con goce en los asistentes, lástima qué haya pinchado en la suerte suprema, quedando en un saludo desde el tercio y algunas palmas a su oponente, pues con el 1° de su lote fué sólo trámite porque el torito se vino abajo muy pronto. PABLO AGUADO.-(Catafalco y plata) con su lote muy escaso de fuerzas, común denominador de la corrida, dejó ésos destellos artísticos y de mérito, con el capote, en especial las dos verónicas, en su primero caracterizadas por el sutil ritmo acompasado, que generan emoción de los asistentes y en la muleta unos recortes a manera de trincherazos de verdadera estampa, para unos carteles de toros en la imagen e inspiración de cualquier pintor artístico, ya que con el sexto del festejo, como la canción “todo se derrumbó” y así se fué una tarde de expectación, con profunda desilusión!!
Resumen del Festejo.-
ENRIQUE PONCE.- Ovación y sentimental vuelta.
ROCA REY.- Ovación y Ovación tras leve petición.
PABLO AGUADO.- Palmas y Ovación.
Incidencias: El encierro de juego faltó de fuerzas y finales como lo reconoció el ganadero y bajo de presentación, para ésta exigente plaza, en términos generales quedó en deuda global.
Hoy la suerte de varas fué aparente o simulada, porque dónde la hubiesen ejecutado cómo mandan los cánones, todo el encierro se había derrumbado ahí en el caballo!!
Textos y redacción especial para Arte y temple: GABRIEL ENRIQUE RIVEROS R.