Ante un llenazo absoluto, un clima otoñal de ensueño y una nómina de actuantes, que nos transportó en el tiempo a la historia nostálgica de la tauromaquia, se dió el ceremonioso acto pro Antoñete, y cada uno de los acartelados después del sonoro y contundente paseíllo, fueron confirmando, expresando y mostrando lo mejor de sí en su plena invocación e identidad, primero apreciamos al caballero en plaza, PABLO HERMOSO DE MENDOZA, qué toreó con su jaca, bajo el código de valores que le caracterizó en activo, a dos y tres pistas el movimiento armónico con el ánimo, aún recordamos ésa permanencia en nuestra memoria, lástima la mala colocación del rejón de muerte, que le privó de trofeos. CURRO VÁZQUEZ.- Con su razonamiento y coherencia en las telas, nos transportó unos treinta o cuarenta años atrás, las verónicas y la media de remate, fueron de inmejorable sentimiento, y en la muleta con esos trincherazos y pases del desdén, rematando con dos cambios de mano fué la credibilidad y confianza qué la plaza entera después de estocada efectiva le clamó las dos orejas concedidas por el palco. FRASCUELO.- Sustituyó a Julio Aparicio, naturalmente su reaparición fué una caja de sorpresas, que intentó capitalizar para credibilidad y confianza, pero no llegó a culminar exitosamente porque dió con un manso, finalmente una vuelta al ruedo fué la justa compensación a su labor. CÉSAR RINCÓN.- El torero colombiano con los máximos galardones de todos los tiempos en nuestra amada patria, se preparó de manera seria y responsable para asumir el compromiso y desatar las más infinitas pasiones y emociones de la tarde, el novillo escogido “Prestigioso” no sirvió y el usía lo cambió por un problema visual y salió otro del mismo hierro ganadero#19, dónde el bogotano ejecutó con el capote, una degustación de profundidad, belleza y emoción contenida con tres verónicas y media en el remate de meritoria estampa, en la muleta vino la explosión de la plaza porque nos recordó los cánones exigentes del toreo de verdad, citando de largo y embrocando el animal ceñido a su cintura, vinieron ésos momentos épicos porque además las pausas entre tanda y tanda, hicieron vivir momentos de gloria, transmisión artística y de locura colectiva en la plaza, pues no importó el pinchazo y luego la estocada efectiva para cortar dos orejas asegurando otra puerta grande en la principal plaza del mundo taurino. ENRIQUE PONCE.- estuvo al frente de “Periquito” de Garcigrande nos mostró la elegancia y la torería de saber estar en la plaza e instrumentar los trazos finos, de suavidad y consentimiento al animal, para lograr el arte pleno, artístico de majeza para el recuerdo en nuestro subconsciente, lástima el pinchazo pero cortó una oreja de mucho valor. MORANTE DE LA PUEBLA con el ensabanado “Presumido” nos dejó las exquisitas pinceladas del arte caro y exclusivo, ésos recortes sevillanos tuvieron la valoración de la gente que le ovaciona y patrocina hasta sus “locuras” no alcanzó la cima pero dejó los destellos y bocetos qué puede redondear en la tarde, también tocó pelo el maestro cigarrero. OLGA CASADO.- Finalizó el evento con mucho empaque en sus andares, resaltamos después del brindis a todos sus compañeros del festival, los cuatro estatutarios como su faena con la muleta y las series templadas, con el sentido de colocación de figura en ebullición y así también cortó dos orejas para el mérito de salir por la puerta grande y después de la invasión en el ruedo de los jóvenes que sacaron a hombros a los triunfadores y el mejor sabor para el plato de la tarde, que va por tres cadenas de TV en directo y OLE!!!
Resumen del Festejo.-
PABLO HERMOSO.- Ovación.
CURRO VASQUEZ.- Dos orejas.
FRASCUELO.- Vuelta.
CÉSAR RINCÓN.- Dos orejas.
ENRIQUE PONCE.- Oreja.
MORANTE DE LA PUEBLA.- Oreja.
OLGA CASADO.- Dos orejas.
Incidencias del Festejo.-
Una entrada de lleno en los tendidos, con un público entendido, justo y fué severo en una tarde de muchas limitadas emociones.
Textos y redacción GABRIEL ENRIQUE RIVEROS.
Fotografía especial y profesional PLAZA UNO.
Enviado desde mi Galaxy