Castella tiene una brillante trayectoria y las dos orejas de la tarde del 1 de noviembre es un largo premio por una estocada defectuosa que no hace brillar tan sustancioso premio para el francés. La faena es un conjunto que concluye con la suerte suprema y la excelente faena fue emborronada al final careciendo de premio en mi leal saber y entender.
Castella es un torero como la copa de un pino pero dos orejas con ese golletazo, no, eso no pues no puede lucir los dos trofeos » conquistados » en » Acho «. inmerecidos, en un palmarés que se ha ganado el de Bézier en su largo camino como matador de toros.
Varios novillos-toros españoles que no merece la fina afición peruana, y vino a salvar la tarde un toro peruano, «Saleroso» de Paiján ese sí merecedor de la vuelta al ruedo y de brillante juego.
Un grato encuentro con la afición limeña el de David de Miranda que reflejó en el ruedo de Acho lo que se cantaba de este torero de Huelva la tierra de Juan Ramón Jiménez…Asentado , templado, firme, con valor supremo y esa gracia andaluza propia de cantaores y poetas. Es una esperanza y viene como agua de mayo a una fiesta que necesita renovación en un escalafón cansado y demasiado visto. Y toreros como David son necesarios para ilusionar , para emocionarnos.
Estruvo con ese primer toro sembrado pero, !!ay!!! la espada le priva del triunfo que estaba al alcance de su mano.
Talavante pechó con un lote » desaborío» que dicen los gitanos y con un impresentable protestado por los tendidos. La junta técnica debería responder si hay criterio pero me temo que pasarán de puntillas y nunca sabremos como ese novillo quedó incluido en el encierro Pasa sin pena ni gloria en esta ocasión el extremeño.
El palco presidencial debe cuidar los detalles y la suerte de banderillas, en términos generales, fue un calvario.
Hoy, Roca Rey en su natal Lima, todo un acontecimiento.
Textos y redacción: Guillermo Rodriguez





